Conocí a alguien. Es guapo, misterioso y encantador. No congeniamos en muchas opiniones sobre la artisteada(C) pero me parece que nuestras maneras de ver la vida son similares. No sé mucho de él pero él de mí sí, porque mientras yo no prestaba atención a nada más que a mi propia miseria y dolor emocional, él me observaba.
Así empiezan muchas de mis historias más terribles, cosas que desearía nunca haber vivido pero que al final, pues, me tocó sobrevivir. También así empiezan los mejores cuentos que haya escrito o leído.
Conocí a alguien. Un día me escribió de la nada, por mensaje privado, para desearme una pronta recuperación. Yo había estado lidiando con cosas difíciles -mi vida a veces se siente que se compone sólo de cosas difíciles e innecesarias-, pero sin haber interactuado de nada, o muy poco, sintió la necesidad, la confianza de hacerme saber que me echaba porras desde su lugar.
Conocí a alguien. Un día me hizo reír, pero en ese momento no fui consciente de la magnitud con la que necesitaba reírme, con lo que fuera, de lo que sea, para aliviar un poco la angustia que llevaba dentro. Él no se dio cuenta de que lo que decía era chistoso, ni creo que haya tenido la intención de aligerar mi carga pero así fue y mi cerebro lo registró, en alguna parte.
Conocí a alguien. A veces le escribo cuando estoy muy borracha. No sé por qué. ¿Sentiré vergüenza de hacerlo sin esa valentía que provee el alcohol? ¿Si lo hice ebria, es porque lo pensé sobria? Siento mucha más vergüenza y pena al día siguiente que cuando platicamos sobrios. Él dice que no me preocupe, que sigue creyendo que soy cool, que no pasa nada.
Verán, la situación es que en mi pasado ya he tenido a gente que -cuál haya sido su intención, la manera no fue la correcta a mi parecer-, me han hecho saber lo irritante que eso resulta. Y lo entiendo. Quizás también lo pensaría así y por eso procuro evitarlo.
¿Sólo puedo procesar mi sensación de solitud cuando estoy borracha y por eso busco apaciguarla de alguna manera?
Conocí a alguien. Es mayor que yo, vive en otra ciudad y creo que nuestros gustos difieren un poco. Siendo yo una ávida lectora y él estando completamente entregado al cine.
Conocí a alguien. Creo que me gusta, pero al mismo tiempo sé poco de él. Ya me pasó esto una vez: Que me enamoré de alguien y mientras más nos acercábamos, más me daba cuenta lo mucho que no conocía a esa persona y lo aterrador que fue todo aquello. Y pagué cara mi calentura.
Estoy rompiendo mis hábitos, pero es difícil hacerlo cuando no sé cuál es mi acondicionamiento y cuáles son mis partes mías de mí. Quiero decir, pienso mucho que da la impresión de que voy saltando de relación en relación desde que era muy joven. Que necesito estar sola.
Pero oigan, yo toda mi vida ha estado sola. Sin nadie con quién compartir los aspectos que más me gustan de mí, o sin nadie con quién discutir lo que no me gusta, o mis quejas, o mis incongruencias o mis bordes filosos. Sin nadie con quién pasar tiempo, sólo por verlo pasar.
Entonces pienso: no está mal que quiera amor, amor romántico. Es una necesidad humana el sentir amor, creo yo. Y pienso que debería hacer algo, si tan grande es mi deseo, salir al mundo, aceptar las presentaciones que mis amigas puedan planear para mí, darles mi número telefónico a los matches que haga en tinder. Ir al bar de lesbianas y bisexuales de mi ciudad como si esto fuera el 2005. Contestar mensajes, salir, conversar, ser entusiasta, encantadora y, ya saben, sana.
Me doy cuenta que nunca "he ligado" así, fingiendo ser alguien o algo que no soy. Tal vez porque nunca he "ligado" tal cuál. Más bien mi modus operandi es que alguien se me acerca y entonces decido si me gusta o no, y a partir de ahí voy formando mis opiniones y mis decisiones.
Estoy rompiendo mis hábitos. Ya no quiero relacionarme con gente hermosa que me trata horrible sólo porque considero que sus inconsistencias y malicia son divertidas, me entretienen. Ya no quiero tener que darle el beneficio de la duda a alguien que se ha tomado la molestia de mostrarme bandera roja tras bandera roja. Ya no quiero sentirme una princesa de Disney que busca arreglar a la otra persona.
"Sólo contigo soy mejor persona", sí, bueno, no debería ser así, porque yo no estoy calificada para enderezar a la gente.
Ya no quiero volver a caer en lo mismo, sólo porque me dan risa sus mierdas hipócritas y egocéntricas. No quiero sentirme especial porque esa persona mejoró por amor a mí, o cuál sea la excusa que use.
Pero entonces alguien amable se acerca y muestra interés en mí, y respeta mis límites y sé que puede quererme de una manera sana pero estoy aburrida. Y no debería relacionar el ser pasivo con ser amable y sano pero muchas veces no puedo evitarlo.
A lo mejor necesito dormir mis nueve horas otra vez. Y debo dejar de tomar tanto, y regresar a terapia y conseguirme un empleo estable y hacerme de más amistades y salir de este bucle de agonía y desesperanza en el que he estado desde el 2018.
Conocí a alguien, o más bien, temo que esa persona me haya conocido a mí.
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